Esta milagrosa flor puede soportar una deshidratación total durante décadas y regresar a la vida con tan sólo una gota de agua. También llamada “la Planta de la Resurección”, es reconocida por sus propiedades higroscópicas, las que hacen que se enrolle en sí misma cuando el agua es escasa y que se extienda cuando está húmeda. Se sabe que estimula la capacidad de la piel para capturar y mantener la hidratación esencial, dando un impulso de humectación a la piel seca y deshidratada.